Contractura muscular en la espalda

Contractura muscular espalda
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La contractura muscular en la espalda es una de las quejas más frecuentes en mi consulta. La espalda, al ser el pilar de nuestro cuerpo y soportar gran parte de nuestro movimiento y estrés, es un blanco fácil para estas molestas tensiones.

Pero, ¿qué es exactamente una contractura? ¿Por qué aparecen y, sobre todo, cómo podemos aliviarlas y prevenirlas? En este artículo, te guiaré a través de todo lo que necesitas saber sobre la contractura muscular en la espalda. Desmitificaremos sus causas, aprenderemos a reconocer sus síntomas y te daré consejos prácticos, basados en mi experiencia profesional, para que puedas recuperar la libertad de movimiento y decirle adiós al dolor. ¡Prepárate para entender y cuidar mejor tu espalda!

¿Qué es una contractura muscular en la espalda?

 

Imagina que los músculos de tu espalda están compuestos por miles de fibras diminutas que se contraen y relajan para permitirte moverte, levantar cosas, sentarte o incluso respirar. Una contractura muscular ocurre cuando un grupo de estas fibras, o incluso un músculo entero, se contrae de forma involuntaria y no es capaz de relajarse. Es como si una parte de tu músculo se quedara «enganchada» o «en un nudo».

 

En la espalda, estas contracturas suelen manifestarse como:

  • Una zona dura y tensa que puedes sentir al tocarla, a menudo descrita como un «nudo» o «bola».
  • Un dolor sordo y persistente en el área afectada.
  • Limitación del movimiento de la columna o de los hombros, dependiendo de dónde se encuentre la contractura.

A diferencia de un calambre (que es una contracción intensa y de muy corta duración), la contractura es una contracción más suave, pero que se mantiene en el tiempo, generando un dolor constante y una sensación de rigidez que puede ser muy molesta.

¿Por qué aparecen las contracturas musculares en la espalda?

Nuestra espalda es una zona muy expuesta a tensiones, y hay muchas razones por las que pueden aparecer contracturas:

  1. Malas Posturas MantenidasEsta es, sin duda, una de las causas más frecuentes.
    • Horas frente al ordenador: Sentarse encorvado, con el cuello estirado hacia adelante o los hombros encogidos.
    • Uso excesivo del móvil: Mantener la cabeza inclinada hacia abajo durante mucho tiempo genera lo que se conoce como «cuello de texto».
    • Posturas al dormir: Una almohada inadecuada o dormir en una posición que fuerce la columna.
    • Conducir: Mantener una posición rígida o inadecuada durante viajes largos. 
  2. Estrés y ansiedadLa tensión emocional se traduce directamente en tensión física. Es muy común acumular el estrés en la zona alta de la espalda, el cuello y los hombros, llevando a contracturas en los trapecios o la zona dorsal. Tu cuerpo se prepara para una «lucha o huida», manteniendo los músculos en un estado de alerta constante.

     

  3. Sobreesfuerzo o actividad física incorrecta
    • Levantar peso: Especialmente si no se hace con la técnica adecuada (doblando las rodillas y no la espalda).
    • Ejercicio intenso: Un entrenamiento demasiado exigente sin la preparación, calentamiento o estiramiento adecuados.
    • Falta de condición física: Músculos débiles o no acostumbrados al esfuerzo se fatigan y se contraen más fácilmente. 
  4. Sedentarismo y falta de movimientoParece contradictorio, pero la falta de actividad también debilita la musculatura de la espalda. Los músculos que no se usan con regularidad pierden fuerza y elasticidad, volviéndose más vulnerables a contracturarse incluso con movimientos mínimos.

     

  5. Traumatismos y lesiones previasUn golpe directo, una caída o una lesión antigua en la espalda pueden dejar una contractura como un mecanismo de protección para inmovilizar la zona, o como un efecto secundario de la propia lesión.

     

  6. Deshidratación y mala alimentaciónUna ingesta insuficiente de agua y una dieta pobre en electrolitos esenciales (como magnesio o potasio) pueden afectar la función muscular y aumentar la predisposición a las contracturas.

     

  7. Factores ambientalesExponer la espalda a corrientes de aire frío o a cambios bruscos de temperatura también puede provocar una tensión muscular refleja.

Síntomas clave – ¿Cómo reconocer una contractura en la espalda?

Identificar a tiempo una contractura es crucial para poder actuar y evitar que se convierta en un problema crónico. Presta atención a estas señales que tu cuerpo te envía:

  1. Dolor localizado y persistente: Es el síntoma más evidente. Sentirás un dolor sordo, molesto y constante en una parte específica de tu espalda (cervical, dorsal o lumbar). Este dolor puede aumentar al tocar la zona o al moverte.
  2. Sensación de nudo o bulto: Al palparte la zona dolorida, podrás sentir una banda tensa o un «nudo» en el músculo. Al presionar directamente sobre este punto, el dolor se intensifica.
  3. Rigidez y limitación de movimiento: Tu espalda se sentirá tensa, como si te costara moverla. Esto se traduce en dificultad para girar el tronco, inclinarte, levantar los brazos o incluso respirar profundamente si la contractura es en la zona dorsal.
  4. Dolor referido: Este es un síntoma muy característico y a veces confuso. La contractura no solo duele donde está, sino que puede «irradiar» el dolor a otras zonas del cuerpo. Por ejemplo:
    • Una contractura en la parte alta de la espalda (trapecios) puede causar dolor de cabeza, mareos o dolor en el hombro y el brazo.
    • Una contractura en la zona lumbar puede provocar dolor en la nalga o la pierna (a veces confundido con ciática).
  5. Fatiga muscular: El músculo afectado se cansa más rápido de lo normal, incluso con actividades ligeras. Puedes sentir una debilidad inusual en la zona.
  6. Sensación de pesadez o carga: La zona contraída puede sentirse pesada, como si llevaras un peso extra en la espalda.
  7. Empeoramiento con ciertas actividades o el reposo: El dolor puede agudizarse al mantener una misma postura mucho tiempo, al realizar ciertos movimientos o incluso al levantarte por la mañana después de un descanso prolongado en una mala postura.

Si reconoces varios de estos síntomas, es muy probable que estés lidiando con una contractura muscular en la espalda.

¿Qué hacer si tienes una contractura muscular en la espalda? y cuándo consultar al fisioterapeuta

Cuando sientas ese nudo doloroso en la espalda, hay medidas iniciales que puedes tomar en casa para intentar aliviarlo:

  1. Aplica calor local: El calor es el gran aliado para relajar los músculos. Puedes usar una almohadilla eléctrica, una bolsa de agua caliente (envuelta en una toalla) o tomar una ducha caliente. Aplícalo durante 15-20 minutos, varias veces al día. El calor ayuda a aumentar el flujo sanguíneo y a relajar las fibras tensas.
  2. Reposo relativo: Evita las actividades que te causan dolor o que sobrecargan la espalda. No se trata de reposo absoluto en cama (que puede ser contraproducente), sino de limitar los movimientos bruscos y el esfuerzo. Intenta mantenerte activo, pero con movimientos suaves y sin dolor, como caminar a paso lento.
  3. Hidratación: Beber suficiente agua es fundamental para el buen funcionamiento muscular. Asegúrate de consumir al menos 1.5 a 2 litros de agua al día.
  4. Estiramientos suaves: Una vez que el dolor más agudo haya disminuido, realiza estiramientos muy suaves de la espalda, sin forzar y sin que duelan.
    • Para la zona alta (cuello y hombros): Inclina la cabeza suavemente hacia un lado, llevando la oreja al hombro (sin subirlo).
    • Para la zona media y baja: Desde la posición a cuatro patas, arquea la espalda hacia arriba como un gato y luego relájala hacia abajo como una vaca, movilizando tu columna con suavidad. También, tumbado boca arriba, puedes llevar las rodillas al pecho.
    • Mantén cada estiramiento unos 20-30 segundos y repite 2-3 veces, hasta sentir una tensión suave, nunca dolor.

¿Cuándo es el momento de visitar a tu fisioterapeuta?

Aunque estos consejos caseros pueden proporcionar un alivio temporal, a menudo no son suficientes para resolver la contractura por completo, especialmente si es profunda, recurrente o crónica. Es fundamental que consultes con un fisioterapeuta en Madrid si:

  • El dolor no mejora en 24-48 horas con los cuidados en casa.
  • El dolor es muy intenso y te impide realizar tus actividades diarias, dormir o trabajar.
  • Sientes hormigueo, adormecimiento o debilidad en brazos o piernas, lo que podría indicar afectación nerviosa.
  • El dolor se irradia a otras zonas de forma constante (brazo, pierna, cabeza).
  • Las contracturas en la espalda son frecuentes o se repiten constantemente.
  • No estás seguro de la causa de tu dolor de espalda o si se trata de algo más grave.
  • El dolor es consecuencia de un traumatismo importante.

 

 

Tu fisioterapeuta podrá realizar una evaluación exhaustiva para identificar la causa real de la contractura y diseñar un plan de tratamiento personalizado. Esto puede incluir:

  • Masaje descontracturante profesional: Mucho más profundo y efectivo que el automasaje.
  • Punción seca o electropunción: Técnicas avanzadas para liberar puntos gatillo profundos.
  • Terapia manual: Movilizaciones articulares y técnicas para devolver la movilidad a tu columna.
  • Ejercicios terapéuticos: Fortalecimiento de la musculatura profunda de la espalda y el abdomen, y estiramientos específicos.
  • Educación postural y ergonomía: Consejos para corregir hábitos que te están causando el problema.

La prevención es la clave para una espalda libre de contracturas

La mejor manera de lidiar con las contracturas es evitar que aparezcan. Aquí tienes algunas estrategias de prevención esenciales:

  • Mantén una buena postura: Sé consciente de cómo te sientas, te pones de pie y caminas. Utiliza sillas ergonómicas, ajusta la altura de tu monitor y evita posturas encorvadas.
  • Actividad física regular: Fortalecer la musculatura de la espalda, el abdomen y el core (zona central) es fundamental. Ejercicios como Pilates, yoga, natación o el entrenamiento de fuerza son excelentes opciones.
  • Estiramientos diarios: Incorpora una rutina de estiramientos de espalda, cuello y hombros en tu día a día, especialmente si pasas muchas horas sentado.
  • Manejo del estrés: Busca técnicas de relajación como la meditación, el mindfulness o el yoga. El estrés es un gran causante de tensión muscular.
  • Hidratación adecuada: Bebe suficiente agua a lo largo del día.
  • Calentamiento y enfriamiento: Si haces ejercicio, calienta tus músculos antes y estira suavemente al finalizar.
  • Levanta peso correctamente: Siempre dobla las rodillas, mantén la espalda recta y utiliza la fuerza de tus piernas para levantar objetos.

Libera tu espalda y mejora tu vida

Las contracturas musculares en la espalda son una experiencia común y dolorosa, pero no tienen por qué ser permanentes. Entender qué son, por qué aparecen y cómo se manifiestan es el primer paso para tomar el control de tu bienestar.

Si has probado los remedios caseros y el dolor persiste, o si las contracturas son recurrentes, no dudes en buscar la ayuda de un fisioterapeuta. Estamos aquí para ofrecerte un diagnóstico preciso y un tratamiento personalizado que te ayudará a deshacer esos nudos, aliviar tu dolor y, lo más importante, a darte las herramientas para prevenir futuras molestias.

¡Tu espalda es fundamental para tu calidad de vida! Invierte en su cuidado y disfruta de una vida más cómoda, activa y libre de dolor.

 

 

 

Bibliografía

  • Travell, J. G., & Simons, D. G. (1999). Myofascial Pain and Dysfunction: The Trigger Point Manual. Vol. 1: Upper Half of Body. Lippincott Williams & Wilkins. (Considerada la obra fundamental sobre puntos gatillo miofasciales y su relación con el dolor).
  • Fernández-de-las-Peñas, C., & Nijs, J. (2019). «Trigger Point Dry Needling for the Management of Chronic Musculoskeletal Pain: A Systematic Review and Meta-Analysis.» Pain Practice, 19(5), 517-531. (Aunque centrada en punción seca, aborda la fisiopatología y el tratamiento de los puntos miofasciales).
  • Dommerholt, J., & Fernández-de-las-Peñas, C. (Eds.). (2018). Trigger Point Dry Needling: An Evidence-Based Clinical Manual. Elsevier Health Sciences.
  • American Physical Therapy Association (APTA): Proporciona información basada en evidencia sobre el manejo del dolor de espalda.
  • Organización Mundial de la Salud (OMS): Datos y recomendaciones sobre el dolor musculoesquelético y su impacto.
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    Juan López

    Juan López

    Juan López es un fisioterapeuta con mas de 15 años de experiencia con una amplia formación en terapia manual ortopédica, osteopatía, fisioterapia deportiva. Ha trabajado en el ámbito hospitalario, clubes deportivos y ejerce en su clínica de fisioterapia en Madrid. Sobre el autor - Linked in

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