Tratamiento de la rotura fibrilar – Que es, tipos, causas

rotura fibrilar
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Si busca tratamiento para una rotura fibrilar debe conocer que es un tipo de rotura de fibras que se produce como una lesión común en deportes y actividades físicas que requieren esfuerzo, como el fútbol, el baloncesto o el levantamiento de pesas.

Se produce cuando las fibras musculares no pueden hacer frente a las exigencias que les impone la sobrecarga muscular del ejercicio y provoca el desgarro de las fibras. Esto ocurre sobre todo como resultado de una potente contracción excéntrica o de un sobreestiramiento del músculo. Por lo tanto, es típica de los deportes de carrera, en el sprint y el salto.

Los síntomas incluyen dolor, debilidad y sensibilidad en la zona afectada, y pueden requerir varias semanas o meses de recuperación.

La gravedad de la lesión varía desde una simple lesión muscular hasta un desgarro completo. El tratamiento incluye reposo, hielo, compresión y elevación de la zona afectada, y fisioterapia para recuperar la movilidad y la fuerza.

 

Clasificación de las roturas fibrilares

Las lesiones musculares se clasifican según el grado de lesión en grado I, II y III en función del número de fibras afectadas:

Grado I

Son leves, sólo afectan a un número limitado de fibras del músculo. No hay disminución de la fuerza y existe una amplitud de movimiento totalmente activa y pasiva. El dolor y la sensibilidad suelen retrasarse hasta el día siguiente.

Grado II

Son moderadas y provoca una rotura parcial con casi la mitad de las fibras musculares desgarradas. El dolor agudo e importante se acompaña de hinchazón y una pequeña disminución de la fuerza muscular.

Grado III

Son graves y tienen una rotura completa del músculo. Esto significa que el tendón se ha separado del vientre muscular o está el musculo roto en dos partes. Este tipo de distensión se caracteriza por una fuerte inflamación y dolor, así como por la pérdida total de la función.

Causas de una rotura fibrilar

Las causas mas comunes que provocan una rotura fibrilar incluyen:

– Exceso de ejercicio o actividad física ya que al realizar un esfuerzo excesivo o un ejercicio o actividad física que el cuerpo no está acostumbrado puede causar una rotura de fibras.

– Falta de calentamiento antes de un ejercicio o actividad física puede aumentar el riesgo de lesiones deportivas.

– la falta de flexibilidad puede aumentar el riesgo de lesiones.

– Traumatismo directo o golpe en un músculo, como una contusión o un golpe.

– Sobreuso ya que repetir continuamente una misma actividad o movimiento puede causarlo debido al sobreuso.

Además, algunas condiciones médicas o genéticas, como la enfermedad de Duchenne o el síndrome de Ehlers-Danlos, enfermedades metabólicas, pueden aumentar el riesgo.

Síntomas de una rotura fibrilar

Hay varios síntomas que pueden indicar que has sufrido un desgarro muscular, pero los síntomas pueden variar dependiendo del grado de la lesión, y es recomendable consultar a un médico o fisioterapeuta para un diagnóstico preciso.

Los síntomas de las roturas fibrilares incluyen:

– Aparición repentina de dolor, o dolor/sensibilidad que aparece al día siguiente en relación con un acontecimiento concreto.

– Dolor intenso en la zona afectada, que suele aumentar con el movimiento o al tocar la zona.

– Hinchazón o inflamación.

– Debilidad muscular en la zona afectada.

– Sensibilidad al tacto.

– Dificultad para mover el músculo afectado.

– Puede aparecer una protuberancia o un bulto en la zona de la lesión.

– Sensación de calambre o punzada en la zona afectada.

– Hematomas o decoloración en la zona o en un lugar distal a la distensión por la rotura de vasos.

– Espasmos musculares en la zona que provocan rigidez.

Diagnostico de una rotura fibrilar

El diagnóstico de un desgarro muscular suele ser realizado por un médico o fisioterapeuta, quien basará en un examen físico y en la historia clínica del paciente. Querrán saber exactamente cuándo se lesionó y si se lesionó el músculo a partir de un evento específico o si una lesión repetitiva causó su dolor. Qué sintió inmediatamente después de la lesión y si siente que ha perdido fuerza o amplitud de movimiento.

El terapeuta también querrá saber si ha habido alguna hinchazón o hematoma alrededor de la zona o en cualquier parte de las extremidades. También querrá saber qué tipo de cosas agravan su dolor o si ha podido hacer algo para mejorar su dolor. Preguntarán sobre cualquier medicación que esté tomando y si se ha lesionado este músculo en el pasado.

También comprobarán si hay algún surco o protuberancia inusual en la zona, que sería el resultado de una sección de fibras musculares desgarradas; esto indicaría una distensión más grave. Por último, le pedirán que mueva el músculo para determinar cuánto puede moverlo y si el movimiento le produce dolor o no.

El examen físico suele incluir:

– Palpación de la zona afectada para evaluar el dolor y la sensibilidad.

– Examen de la zona de la lesión para buscar signos de hinchazón, inflamación o un bulto.

– Pruebas de movilidad para evaluar la capacidad del paciente para mover la zona afectada y comparará con el lado no lesionado.

– Pruebas de fuerza para evaluar la fuerza del músculo afectado comparando con el lado no lesionado.

Para confirmar el diagnóstico puede ser necesario realizar una resonancia magnética o una ecografía, estas pruebas ayudarán a diferenciar la lesión fibrilar de otras lesiones musculares similares o si necesita una intervención quirúrgica.

¿Qué hacer en caso de rotura de fibras?

Existen algunas medidas que puedes tomar en casa para tratar una rotura fibrilar y ayudar a reducir el dolor y la inflamación, pero es importante recordar que es importante consultar a un médico o fisioterapeuta si cree que es grave.

El tratamiento para una rotura fibrilar en la fase aguda incluye cuatro pasos conocidos comúnmente como RICES

– Reposo: El reposo es necesario para acelerar la curación y reducir la posibilidad de volver a lesionarse.

– Hielo: Aplique hielo para inducir la vasoconstricción, lo que reducirá el flujo sanguíneo al lugar de la lesión. Nunca aplique hielo durante más de 10 minutos seguidos.

– Compresión: Envuelve la zona lesionada con un vendaje compresivo para favorecer el drenaje linfático.

– Elevación: Mantenga la zona afectada lo más cerca posible del nivel del corazón para favorecer el retorno de la sangre venosa a la circulación sistémica.

– Medicamentos analgésicos para controlar el dolor.

Tratamiento de una rotura fibrilar

El tratamiento de roturas fibrilares suele incluir una combinación de medidas para reducir el dolor y la inflamación, así como para mejorar la función y la fuerza del músculo afectado.

Si tiene un desgarro muscular grave en uno de los músculos de las extremidades inferiores, es posible que necesite usar muletas para desplazarse. La regla general sobre cuándo utilizar las muletas es que si cojea cuando camina sin muletas, debe utilizarlas hasta que la distensión se cure lo suficiente como para que pueda caminar sin cojear.

Algunas medidas comunes de tratamiento incluyen:

– Reposo: Es importante descansar la zona afectada para permitir que las fibras musculares se curen.

– Hielo: Aplicación de frio o una bolsa de hielo sobre la zona de la lesión puede ayudar a reducir el dolor y la inflamación.

– Compresión: Puedes utilizar una banda elástica o una venda para comprimir la zona afectada y reducir la inflamación.

– Elevación: Elevar la zona afectada puede ayudar a reducir la hinchazón.

– Fisioterapia puede proporcionar ejercicios de estiramiento específicos para mejorar la función y la fuerza del músculo afectado.

– Medicamentos analgésicos para controlar el dolor.

Es importante seguir las instrucciones del profesional médico o fisioterapeuta, ya que cada lesión es diferente y puede requerir un plan de tratamiento específico. Además, es importante evitar volver a la actividad física o deporte hasta que la rotura muscular esté completamente curada, para evitar una recaída o una lesión más grave.

Tratamiento de fisioterapia para la rotura fibrilar

El tratamiento de fisioterapia para un desgarro muscular suele ser una combinación de ejercicios y técnicas de fisioterapia para reducir el dolor, la inflamación, mejorar la función y la fuerza del músculo afectado, y prevenir recurrencias.

Es importante seguir las recomendaciones y el plan de tratamiento proporcionado por el fisioterapeuta, ya que cada lesión es diferente y puede requerir un plan de específico en cada fase del tratamiento.

Si experimenta dolor en reposo, significa que la lesión es más grave y su fisioterapeuta puede aconsejarle un período de reposo completo en el que no realice ninguna actividad, o muy poca, como unos pocos estiramientos suaves o sesiones usando radiofrecuencia de fisioterapia para mejorar la mala circulación y dilatar los vasos sanguíneos.

A medida que el dolor mejore, el equilibrio entre el reposo y la actividad se invertirá, de modo que seguirá necesitando más reposo para el músculo de lo habitual, pero también se producirá un aumento gradual de la actividad, incluyendo estiramientos más fuertes junto con el fortalecimiento, siempre y cuando los síntomas no vuelvan a aparecer.

Algunas técnicas y ejercicios comunes en las sesiones de fisioterapia incluyen:

– Terapia manual: El fisioterapeuta puede utilizar técnicas manuales, como masaje transverso y estiramientos, para reducir el dolor, la inflamación y sanar el tejido conjuntivo.

– Ejercicios de movilidad: Una vez que el dolor se ha reducido, el fisioterapeuta puede proporcionar ejercicios activos y movilización pasiva para mejorar la función de la musculatura y prevenir la rigidez.

– Fortalecimiento: Una vez que el dolor y la inflamación se han reducido puede proporcionar ejercicios de fortalecimiento para mejorar la fuerza del músculo afectado como contracciones isométricas, contracciones excéntricas con el calentamiento adecuado.

– Entrenamiento de estabilización: El fisioterapeuta puede proporcionar ejercicios de estabilización para mejorar la estabilidad de la cargas del músculo afectado y prevenir futuras lesiones.

– Vendaje neuromuscular o vendaje funcional para estabilizar la articulación y los músculos adyacentes mientras se desarrolla el proceso de cicatrización.

 

Una vez que el dolor y la inflamación iniciales se hayan calmado, su fisioterapeuta se centrará en mejorar la flexibilidad y la fuerza del músculo afectado para su correcta recuperación.

Pautará estiramientos estáticos para aumentar la flexibilidad del músculo al principio de su tratamiento, ya que este tipo de estiramientos anima a los tejidos en curación a soportar el estiramiento y garantiza que no se pierda ningún rango de movimiento en general.

A medida que su rango de movimiento mejore, se añadirán estiramientos más agresivos, aunque los estiramientos deben limitarse de forma que nunca causen dolor. Sentir un estiramiento suave al final de la amplitud de movimiento debería ser el límite, ya que de lo contrario se podrían producir más roturas musculares en el tejido muscular.

A medida que el músculo se acerca a la fase de recuperación, también se enseñarán los estiramientos dinámicos (movimientos rápidos que estiran los tejidos con rapidez) y se incorporarán a su rutina de ejercicios de rehabilitación con el fin de preparar el músculo, con un calentamiento previo, para volver a realizar movimientos más exigentes, como los que conlleva la vida cotidiana o la actividad deportiva.

 

 

Roturas fibrilares mas comunes

Las roturas de fibras más comunes se producen en los músculos y tendones de las extremidades superiores e inferiores. Pueden existir roturas de fibras en cualquier parte del cuerpo, ya sea en los músculos o en los tendones, dependiendo de la actividad física y el esfuerzo realizado.

Algunas mas comunes incluyen:

– Muslo: Puede ocurrir la rotura muscular en el músculo cuádriceps, causando dolor y debilidad en la parte frontal del muslo o en los músculos isquiotibiales causando dolor en la parte posterior.

– Brazo: la musculatura afectada puede ser el músculo bíceps, causando dolor y debilidad en la parte anterior del brazo.

– Hombro: Puede aparecer en el tendón del hombro, causando dolor y debilidad en la parte superior del hombro.

– Pantorrilla: Puede ocurrir en los gemelos, causando dolor y debilidad en la parte posterior de la pierna.

– Pie: Puede darse en los músculos o tendones del pie, causando dolor y debilidad en la parte inferior del pie.

 

Que no hacer si tienes una rotura de fibras

Si tiene una rotura de fibras es importante evitar ciertas actividades para evitar causar más daño y permitir que la cicatriz sane adecuadamente. Algunas cosas a evitar incluyen:

– Actividad física intensa que pueda causar dolor o molestia en la zona afectada.

– Movimientos bruscos o repentinos que puedan causar un estiramiento o desgarro adicional en las fibras musculares.

– No sobrecargar la zona afectada con pesos u otros ejercicios antes de estar completamente recuperado.

– Evitar el calor excesivo en la zona afectada, ya que puede causar inflamación y retrasar la recuperación.

– No se automedique con analgésicos o antiinflamatorios, es importante hablar con un profesional.

¿Cuánto tiempo tarda en curar una rotura fibrilar?

El tiempo de recuperación para una correcta cicatrización de las roturas fibrilares puede variar dependiendo del grado de la lesión y del tratamiento recibido.

Sin embargo, en general, se pueden esperar los siguientes plazos de recuperación aproximados:

Grado 1: estas lesiones suelen curar en unas 2-3 semanas con tratamiento adecuado y descanso.

Grado 2: estas lesiones suelen curar en unas 4-6 semanas con tratamiento adecuado y descanso.

Grado 3: estas lesiones suelen curar en unas 6-8 semanas con tratamiento adecuado y descanso.

Sin embargo, es importante seguir las recomendaciones del médico o fisioterapeuta y evitar volver al ejercicio físico hasta que el músculo afectado esté completamente curado, para evitar una recaída o una lesión más grave. Además, el tratamiento fisioterapia puede ayudar a acelerar el proceso de recuperación y reducir el tiempo de inactividad.

 

 

¿Qué pasa si no se cura una rotura fibrilar?

Si un desgarro muscular no se cura adecuadamente, puede ocurrir lo siguiente:

– El dolor puede continuar o incluso empeorar si el músculo afectado no se cura adecuadamente.

– Debilidad muscular ya que el músculo afectado puede permanecer débil, lo que puede aumentar el riesgo de lesiones adicionales.

– Limitación de movimiento ya que el músculo puede ser menos flexible, menos capaz de moverse de manera normal y limitar la capacidad para realizar ciertas actividades.

– Problemas de estabilidad por no poder brindar un soporte adecuado para las articulaciones cercanas, lo que puede aumentar el riesgo de lesiones.

– Recaída en el musculo lesionado o una lesión más grave si se vuelve a la actividad física o deportiva antes de que esté completamente curada la rotura muscular.

 

 

¿Se puede caminar teniendo una rotura de fibras?

En general, se recomienda evitar cualquier actividad que cause dolor o molestia en la zona de la lesión, incluyendo andas hasta que el dolor y la inflamación se hayan reducido y el músculo afectado haya comenzado a sanar.

Caminar puede aumentar la inflamación y retrasar la recuperación. Sin embargo, es importante seguir las recomendaciones del médico o fisioterapeuta, ya que cada lesión es diferente.

Si el dolor y la inflamación se han reducido y el músculo ha comenzado a sanar, es posible que el médico o fisioterapeuta permita caminar pero con precaución, con el objetivo de evitar cualquier movimiento o actividad que pueda causar dolor o molestia en la zona de la lesión hasta la recuperación posterior.

 

Rotura fibrilar: tiempo de baja

El tiempo de baja laboral debido a un desgarro muscular dependerá del grado de la lesión y del tratamiento recibido. En general, se pueden esperar los siguientes tiempos de recuperación aproximados:

Grado 1 – Suelen requerir de una semana o menos de baja laboral, siempre y cuando el tratamiento sea adecuado y el paciente sea capaz de realizar sus actividades cotidianas sin dificultad.
Grado 2 – estas lesiones suelen requerir de 2 a 4 semanas de baja laboral, dependiendo de la evolución del paciente y del tratamiento recibido.
Grado 3 – Requieren de 4 a 6 semanas de baja laboral, dependiendo de la evolución del paciente y del tratamiento recibido.

Sin embargo, es importante recordar que cada lesión es diferente y que el tiempo de baja laboral puede variar dependiendo de la evolución del paciente y del tratamiento recibido. Es importante evitar volver a la actividad laboral o deportiva hasta que el músculo afectado esté completamente curado, para evitar una recaída o una lesión más grave.

 

Bibliografía:

  • Ekstrand J, Healy JC, Waldén M, Lee JC, English B, Hägglund M. «Hamstring muscle injuries in professional football: the correlation of MRI findings with return to play.» Br J Sports Med. 2012;46(2):112-117.
  • Mueller-Wohlfahrt HW, Haensel L, Mithoefer K, Ekstrand J, English B, McNally S, Orchard J, van Dijk CN, Kerkhoffs GM, Schamasch P, Blottner D, Swaerd L, Goedhart E, Ueblacker P. «Terminology and classification of muscle injuries in sport: The Munich consensus statement.» Br J Sports Med. 2013;47(6):342-350.

 

 

 

 

    Fisioterapia
    Juan López

    Juan López

    Juan López es un fisioterapeuta con mas de 15 años de experiencia con una amplia formación en terapia manual ortopédica, osteopatía, fisioterapia deportiva. Ha trabajado en el ámbito hospitalario, clubes deportivos y ejerce en su clínica de fisioterapia en Madrid. Sobre el autor - Linked in

    8 comments

    1. Me hice una rotura de fibras hace dos semanas y todavía me duele mucho, iré al fisioterapeuta para que me asesore. Gracias por la información

    2. Yo me hice una rotura fibrilar hace años y ya se me ha quedado un poco de dolor constante, iré al fisio a ver que me dice. Gracias por la información.