Contractura muscular – Que es, tratamiento

Contractura muscular – Que es, tratamiento
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Una contractura muscular es la contracción anormal de las fibras musculares. En un músculo contracturado en lugar de relajarse, las fibras permanecen contraídas, lo que genera dolor. Es doloroso porque se endurece y se inflama, lo que afecta a su funcionamiento normal. Esto suele ocurrir como resultado de la fatiga, el sobreuso o el uso inadecuado de un músculo.

Pueden causar dolor y limitar el movimiento del grupo muscular afectado. Si son leves o moderadas pueden tratarse con éxito en casa con hielo, calor y antiinflamatorios. En cambio las contracturas graves pueden requerir tratamiento.

Qué es una contractura muscular

Una contractura muscular se produce cuando el tejido muscular es estimulado por un movimiento que supera el límite fisiológico de resistencia. Las fibras aumentan de tono, pero no sufren ningún daño o rotura.

Se produce con una contracción muscular involuntaria por un mal gesto o un traumatismo y puede producirse en cualquier músculo, pero son más frecuentes en la zona lumbar, el cuello, el hombro y los isquiotibiales.

Nuestros músculos se contraen y relajan constantemente para poder generar movimiento o mantener la postura, por diferentes causas el músculo puede mantenerse contraído de forma involuntaria, sin que la contractura desaparezca con reposo pudiendo sentir dolor, limitación de movimiento o incluso inflamación.

 

Cuanto dura una contractura

La duración de una contractura puede ser de entre dos o tres días y una semana en casos leves o mantenerse en el tiempo si se siguen manteniendo los mismos patrones y actividades.

La mayoría de las contracturas son leves y se resuelven a los pocos días pudiendo continuar con las actividades de la vida diaria, pero si no se resuelve en una semana o nota mucho dolor pueden ser más severas debiendo buscar una solución ya que puede cronificarse.

Las contracturas más comunes suelen producirse en la pantorrilla, el trapecio, el aductor, los músculos del hombro, la zona lumbar y el cuello.

Causas de las contracturas musculares

Las causas de las contracturas musculares suelen estar relacionadas con movimientos bruscos y repentinos, esfuerzos demasiado intensos o mantener posturas inadecuadas durante un periodo largo de tiempo.

En algunos casos, las consecuencias de estos movimientos se deben a que no se calienta lo suficiente o puede estar causada por una preparación física incorrecta del deportista que provoque una sobrecarga muscular.

Las personas que llevan una vida sedentaria pueden sufrir contracturas con mayor facilidad ya que el cuerpo se va adaptando poco a poco manteniendo posturas inadecuadas o al realizar un esfuerzo excesivo en una zona que ya tiene tensión.

También aparecen contracturas musculoesqueléticas mas comúnmente en personas que sufren afecciones musculares como la fibromialgia, la asimetría de las extremidades o por los músculos debilitados por una enfermedad.

 

Síntomas de la contractura muscular

Los síntomas de las contracturas suelen ser rigidez y tensión que evita que el musculo pueda estirarse, lo que provoca dolor muscular moderado extendido por toda la zona afectada, disminución de la amplitud de movimiento, deterioro de la movilidad articular o la aparición de dolor referido a distancia como en el síndrome de dolor miofascial.

Cuando las contracturas son graves, pueden interferir con la amplitud de movimiento funcional necesaria para mover las articulaciones y realizar tareas y movimientos habituales como levantarse o caminar.

La principal consecuencia es un aumento exagerado del tono muscular llamado hipertonía, por el que al tocar ciertas partes del músculo contracturado puede provocar un dolor agudo, ya que se crea una especie de “nudo”.

En el caso del endurecimiento del músculo pueden parecerse a los de un calambre pero estos suelen estar provocados por factores tensionales y metabólicos. Además, se tarda mucho más tiempo en curarse que una contractura. Cuando el dolor afecta a un músculo grande, los síntomas pueden parecerse a los de un desgarro muscular, aunque este último causa un dolor mucho más intenso.

Tratamiento de la contractura muscular

El tratamiento en una contractura muscular leve suele durar unos días, pero es necesario el reposo y evitar el esfuerzo en la zona afectada por el dolor.

Los tratamientos más comunes son:

– Aplicación de calor durante 10 minutos varias veces al día para aumentar el flujo sanguíneo y acelerar la recuperación. Se realiza si no hay lesiones vasculares o no es una contraindicación para el paciente.

– Estiramientos musculares adaptados a la región que le duele.

– automasajes, con cuidado, para relajar el músculo.

– Tomar un analgésico, antiinflamatorios o relajantes musculares si la contractura es mas fuerte y dolorosa. Sin embargo es preferible no tomar nada si lo puede evitar.

– Tomar relajantes musculares naturales sin receta para mejorar progresivamente la tensión y el dolor.

Si la contractura se mantiene en el tiempo o le genera mucho dolor y limitación debería acudir al medico o al fisioterapeuta para que valore su caso y le ofrezca un tratamiento adecuado a su problema. Ya que en casos mas severos requerirá tratamientos mas específicos.

Fisioterapia

La fisioterapia puede ayudar a reducir la gravedad de las contracturas musculares mediante el estiramiento y la movilización de los tejidos blandos para disminuir la tensión muscular. Le ayudará a reducir las contracturas y puede incluir:

Mejorar la amplitud de movimiento – incluyendo movimientos pasivos y activos para aumentar la circulación, la movilidad articular y estirar los tejidos blandos.

Calor – para disminuir el dolor muscular y ayudar a alargar los tejidos antes de los estiramientos.

Estiramientos para los tejidos blandos que rodean una articulación.

Masajes de fisioterapia – ayudan a mantener la movilidad y la nutrición de los tejidos.

Técnicas manuales – se puede utilizar la movilización articular para aumentar la flexibilidad de las articulaciones y disminuir el dolor.

Ejercicio físico

El ejercicio regular puede ayudar a mantener una movilidad articular y una amplitud de movimiento adecuadas para reducir la rigidez articular y la tensión muscular. El ejercicio también mejora el flujo sanguíneo y activa los músculos, lo que ayuda a prevenir la formación de contracturas.

Aparatos ortopédicos

Las férulas especializadas pueden fabricarse a medida para adaptarse a diferentes partes del cuerpo y proporcionar un estiramiento prolongado de baja intensidad durante un largo periodo de tiempo para aumentar la longitud del músculo.

Cómo prevenir las contracturas musculares

Puede prevenir las contracturas musculares si mejora sus hábitos y costumbres. Es importante entender las limitaciones del cuerpo y si alguna actividad le genera dolor intenso intente corregirla inmediatamente:

– No permanecer sentado en una misma posición durante demasiado tiempo. Haga descansos frecuentes cada hora para moverte y cambiar de posición.

– Utilice una silla que proporcione un buen apoyo para la parte baja de la espalda e intente mantener las rodillas a la altura de las caderas.

– Mantenga una buena postura al estar de pie y sentado. Si pasa mucho tiempo en una misma posición, intente alternar la carga en los pies ya que puede ayudar a disminuir la tensión en los músculos de la espalda.

– Realice ejercicio regular para mantener los músculos sanos y fuertes, para ello estire y caliente siempre antes de realizar la actividad física. Si es la primera vez que hace ejercicio, empiece poco a poco. Aumente su actividad poco a poco.

– Levante los objetos con cuidado. Para ello mantenga la espalda recta, doble las rodillas y levante siempre con las piernas. Mantenga el peso cerca de su cuerpo. No levante y gire al mismo tiempo.

– Si tiene sobrepeso intente perder peso hasta un limite saludable que haga que sus músculos no tengan que sobreesforzarse.

 

Bibliografía:

  • Simons, D. G., Travell, J. G., & Simons, L. S. (1999). «Travell & Simons’ Myofascial Pain and Dysfunction: The Trigger Point Manual.» Lippincott Williams & Wilkins.
  • Simons, D. G., & Travell, J. G. (1998). «Myofascial Origins of Low Back Pain. 1. Anatomy, Biomechanics, and Pathophysiology.» The American Journal of Physical Medicine & Rehabilitation, 81(11 Suppl), S1-S8.
  • Tough, E. A., White, A. R., Cummings, T. M., Richards, S. H., & Campbell, J. L. (2009). «Acupuncture and Dry Needling in the Management of Myofascial Trigger Point Pain: A Systematic Review and Meta-Analysis of Randomized Controlled Trials.» European Journal of Pain, 13(3), 376-383.
    Fisioterapia
    Juan López

    Juan López

    Juan López es un fisioterapeuta con mas de 15 años de experiencia con una amplia formación en terapia manual ortopédica, osteopatía, fisioterapia deportiva. Ha trabajado en el ámbito hospitalario, clubes deportivos y ejerce en su clínica de fisioterapia en Madrid. Sobre el autor - Linked in

    9 comments

    1. El tratamiento en una contractura muscular leve suele durar unos días, pero es necesario el reposo y evitar el esfuerzo en la zona afectada por el dolor. Yo llevo una semana y todavía me duele. Que puedo hacer?

    2. Desde que hago ejercicio he mejorado mucho mi dolor. Sabia que el ejercicio regular puede ayudar a mantener una movilidad articular y una amplitud de movimiento adecuadas para reducir la rigidez articular y la tensión muscular pero hasta que me lo tomé en serio no lo notaba.

    3. Es verdad que llevar una vida sedentaria pueden aparecer contracturas con mayor facilidad ya que el cuerpo se va adaptando poco a poco en una zona que ya tiene tensionada. Hay que aprender a relajarse y estirar!!