Las contracturas son un problema común que afecta a personas de todas las edades y niveles de actividad física. Las contracturas musculares son una afección común que puede causar dolor y limitar la movilidad. Si experimentas síntomas de una contractura es importante tomar medidas para aliviar la tensión y promover la recuperación.
Con el tratamiento adecuado y el cuidado apropiado, la mayoría de las contracturas musculares pueden mejorar con el tiempo. Sin embargo, si el dolor persiste o empeora, es importante buscar atención médica para un diagnóstico adecuado y un tratamiento adecuado. Un fisioterapeuta puede proporcionar orientación y terapia específica para ayudar a aliviar el dolor y restaurar la función muscular.
Como fisioterapeuta con experiencia clínica, es fundamental comprender en profundidad las contracturas musculares para ofrecer un tratamiento eficaz y personalizado. Las contracturas son una de las causas más comunes de dolor y limitación funcional en la población general, afectando a personas de todas las edades y niveles de actividad física. A continuación, se presenta un análisis detallado sobre qué son las contracturas musculares, sus síntomas, causas y tratamientos, basado en la evidencia científica y la práctica clínica.
En este artículo, exploraremos en detalle qué es una contractura, por qué se produce, los diferentes tipos de contracturas, cómo identificar si se tiene una, las posibles causas, su duración, opciones de tratamiento y responderemos a preguntas frecuentes sobre este tema.
Definición de contractura
Una contractura se define como una contracción involuntaria y prolongada de las fibras musculares, lo que resulta en una restricción del movimiento normal de una articulación. Esta contracción muscular puede provocar dolor, rigidez y disminución de la flexibilidad en el área afectada. Las contracturas pueden ocurrir en cualquier músculo del cuerpo, pero son más comunes en áreas como el cuello, la espalda, los hombros y las piernas.
¿Qué es una contractura muscular?
Una contractura muscular es una contracción involuntaria, persistente y dolorosa de las fibras musculares, que impide la relajación completa del músculo afectado. Esta condición puede limitar el rango de movimiento y afectar la función normal del músculo. Las contracturas pueden aparecer durante o después de una actividad física intensa, o incluso en reposo, especialmente si existen factores predisponentes como malas posturas o estrés.
Síntomas de una contractura muscular
Los síntomas más comunes asociados a las contracturas musculares incluyen:
Dolor localizado: sensación dolorosa en el área afectada, que puede variar en intensidad.
Rigidez muscular: dificultad para mover el músculo afectado debido a la tensión constante.
Limitación del rango de movimiento: reducción en la capacidad de mover la articulación asociada al músculo contracturado.
Presencia de un «nudo muscular» o abultamiento: sensación palpable de una zona endurecida en el músculo.
Debilidad muscular: disminución de la fuerza en el músculo afectado.
Estos síntomas pueden variar en intensidad y duración, dependiendo de la gravedad de la contractura y de las medidas tomadas para su tratamiento.
Causas de las contracturas musculares
Las contracturas musculares pueden ser causadas por diversos factores, entre los que se incluyen:
Sobrecarga muscular: realizar ejercicios o actividades físicas sin una preparación adecuada puede provocar una contracción excesiva del músculo.
Mala postura: mantener posturas incorrectas durante períodos prolongados puede generar tensión muscular constante.
Estrés y tensión emocional: el estrés puede llevar a una contracción involuntaria de los músculos, especialmente en la zona cervical y dorsal.
Deshidratación y desequilibrios electrolíticos: la falta de líquidos y minerales esenciales puede afectar la función muscular.
Lesiones previas: traumatismos o lesiones anteriores pueden predisponer al músculo a desarrollar contracturas.
Enfermedades neurológicas: ciertas condiciones neurológicas pueden alterar el tono muscular y favorecer la aparición de contracturas.
Es importante identificar la causa subyacente de la contractura para establecer un tratamiento adecuado y prevenir recurrencias.
Diagnóstico de las contracturas musculares
El diagnóstico de una contractura muscular se basa principalmente en la evaluación clínica realizada por un fisioterapeuta o médico. Esta evaluación incluye:
Historia clínica: recopilación de información sobre los síntomas, actividades recientes y antecedentes médicos.
Examen físico: palpación del músculo afectado para identificar zonas de tensión, dolor y limitación del movimiento.
Pruebas de movilidad y fuerza: evaluación del rango de movimiento y la fuerza muscular para determinar el impacto funcional de la contractura.
En algunos casos, pueden ser necesarias pruebas complementarias, como estudios de imagen, para descartar otras patologías.
Tratamiento fisioterapéutico de las contracturas musculares
El tratamiento fisioterapéutico de las contracturas musculares debe ser integral, individualizado y adaptado a la causa y severidad del problema. El abordaje tiene como objetivos:
Reducir el dolor y la tensión muscular.
Restaurar la movilidad y la función del músculo afectado.
Prevenir recurrencias a través de educación postural y fortalecimiento muscular.
A continuación, se detallan las técnicas más utilizadas en fisioterapia para el manejo de las contracturas:
1. Terapia manual
La terapia manual es una de las herramientas más eficaces en el tratamiento de contracturas. Entre las técnicas más utilizadas se encuentran:
Masoterapia: mediante maniobras como amasamientos, fricciones profundas y presiones mantenidas, se busca desactivar puntos gatillo, mejorar la circulación local y aumentar el umbral del dolor. El masaje profundo puede reducir la actividad eléctrica anómala de las fibras musculares en contractura (Simons et al., 1999).
Liberación miofascial: se enfoca en tratar las restricciones del tejido fascial que pueden contribuir a la contractura. Se utilizan presiones sostenidas y elongaciones para devolver la movilidad al sistema miofascial.
Movilización pasiva: estiramientos controlados del segmento afectado, realizados por el fisioterapeuta, que ayudan a elongar el tejido acortado sin provocar daño adicional.
2. Estiramientos terapéuticos
Los estiramientos son fundamentales para recuperar la longitud funcional del músculo y romper el ciclo dolor-tensión-limitación. Se utilizan diferentes técnicas, según el paciente:
Estiramiento estático: mantener una posición de elongación suave y prolongada (30-60 segundos) sin rebotes. Es útil para musculatura acortada por contracturas crónicas.
Estiramiento activo-asistido: el paciente colabora con el movimiento, lo que mejora el control neuromuscular y la propiocepción.
Facilitación neuromuscular propioceptiva (FNP): técnicas como “contract-relax” (contracción isométrica seguida de estiramiento pasivo) han demostrado aumentar el rango de movimiento y disminuir el tono muscular (Sharman et al., 2006).
3. Aplicación de calor o frío
Los agentes físicos son coadyuvantes importantes en el tratamiento fisioterapéutico:
Termoterapia superficial (como las bolsas calientes o infrarrojos): promueve la vasodilatación, disminuye la rigidez muscular y facilita el trabajo manual posterior.
Crioterapia: útil en fases agudas, especialmente si hay inflamación secundaria. Disminuye la conducción nerviosa, reduciendo el dolor y el espasmo muscular.
Parafina o baños calientes: indicados en contracturas de manos o pies, mejoran la elasticidad del tejido blando.
4. Electroterapia
Algunas técnicas de electroterapia han demostrado eficacia en el manejo del dolor y la disfunción muscular asociada a contracturas:
TENS (Estimulación nerviosa transcutánea): modula el dolor mediante el principio del control de compuerta de Melzack y Wall. También puede reducir la hiperactividad muscular local.
Electroestimulación muscular (EMS): se utiliza para reeducar patrones musculares alterados y facilitar la relajación del músculo tras una contractura prolongada.
Ultrasonido terapéutico: en modo continuo, aporta calor profundo; en modo pulsado, mejora la regeneración tisular. Su eficacia aún está sujeta a controversia, pero puede ser útil como coadyuvante en contracturas rebeldes.
5. Punción seca
La punción seca es una técnica invasiva pero mínimamente dolorosa, que se utiliza para tratar puntos gatillo miofasciales activos, los cuales son una causa frecuente de contracturas persistentes.
Procedimiento: consiste en insertar una aguja de acupuntura directamente en el punto gatillo para inducir una respuesta de espasmo local y desactivar la contracción mantenida.
Evidencia: diversos estudios y revisiones sistemáticas han demostrado su eficacia para reducir el dolor y mejorar la función muscular, especialmente en el trapecio superior, romboides, elevador de la escápula y glúteos (Dommerholt et al., 2006; Tough et al., 2009).
6. Ejercicio terapéutico
El ejercicio debe incorporarse de forma progresiva para restaurar la función y prevenir recurrencias. Incluye:
Ejercicios de movilidad articular: favorecen la liberación de la contractura al restaurar la dinámica funcional del segmento.
Fortalecimiento de músculos antagonistas: ayuda a equilibrar la tensión muscular y prevenir compensaciones.
Trabajo de control motor y estabilidad: especialmente útil en contracturas recurrentes por sobreuso o mala postura.
Ejercicios globales (tipo McKenzie, Pilates terapéutico o control motor): según la localización y la causa de la contractura.
7. Reeducación postural y ergonomía
Identificar y corregir las causas posturales o ergonómicas es esencial para evitar la recurrencia de contracturas. Esto incluye:
Educación sobre higiene postural (cómo sentarse, agacharse, dormir, etc.).
Revisión de condiciones de trabajo (silla, altura del monitor, pausas activas).
Entrenamiento en conciencia corporal (utilizando métodos como método Feldenkrais o técnica Alexander).
8. Terapias complementarias
En algunos casos, se pueden integrar terapias complementarias basadas en evidencia o experiencia clínica:
Vendaje neuromuscular (kinesiotape): se aplica para facilitar la circulación y la relajación muscular.
Terapia manual instrumental (como ganchos, fibrolisis o cupping).
Técnicas de relajación y respiración diafragmática: muy útiles si el componente emocional o el estrés están implicados.
Prevención de las contracturas musculares
Para prevenir la aparición de contracturas musculares, se recomienda:
Mantener una buena hidratación: beber suficiente agua durante el día.
Realizar ejercicios de calentamiento y enfriamiento: antes y después de la actividad física.
Adoptar posturas correctas: tanto en el trabajo como en las actividades diarias.
Incorporar pausas activas: durante períodos prolongados de inactividad o trabajo sedentario.
Gestionar el estrés: a través de técnicas de relajación, como la respiración profunda o la meditación.
Realizar ejercicios de fortalecimiento y flexibilidad: para mantener una buena condición física general.
La prevención es clave para evitar la recurrencia de las contracturas y mantener una buena salud muscular.
Preguntas frecuentes sobre las contracturas
- ¿Las contracturas musculares son peligrosas?Si bien las contracturas musculares pueden ser dolorosas e incómodas, rara vez son peligrosas y suelen mejorar con el tiempo y el tratamiento adecuado.
- ¿Cuándo debo consultar a un médico por una contractura muscular?Se debe consultar a un médico si la contractura muscular no mejora con el reposo y el tratamiento en el hogar, si se experimenta dolor intenso o si se presentan otros síntomas preocupantes.
- ¿Las contracturas pueden prevenirse?Sí, mantener una buena postura, realizar estiramientos regulares, evitar el sobre esfuerzo y mantenerse físicamente activo pueden ayudar a prevenir las contracturas musculares.
- ¿Es seguro hacer ejercicio con una contractura?Dependiendo de la gravedad de la contractura, es posible que se pueda realizar ejercicio suave y de bajo impacto para ayudar a aliviar la tensión muscular y promover la recuperación. Sin embargo, es importante evitar el ejercicio intenso o que agrave el dolor.
Bibliografía
Medical Exercise. «Qué es y cómo tratar una contractura muscular». (medical-exercise.com)
Top Doctors. «Contractura Muscular: qué es, síntomas y tratamiento». (topdoctors.es)
Wikipedia. «Contractura Muscular». (es.wikipedia.org)palma.fisio-clinics.com+1benestarfisioterapia.com+1
Nunca se me quitan del todo, ya no se que hacer