¿La electropunción duele?». Es una preocupación totalmente válida y comprensible. La idea de las agujas, combinada con la electricidad, puede sonar intimidante. Sin embargo, la realidad de la electropunción es muy diferente a lo que la imaginación popular a menudo sugiere.
En este artículo, no solo abordaré directamente la cuestión del dolor, sino que también desmitificaré la sensación que experimentas durante una sesión. Además, profundizaremos en las precauciones y contraindicaciones cruciales de esta técnica para que tanto pacientes como profesionales comprendan plenamente su seguridad y sus límites.
Mi objetivo es proporcionar una visión clara, tranquilizadora y basada en la evidencia sobre que es la electropunción.
¿La electropunción duele realmente?
La respuesta corta y directa es: no, la electropunción no debería doler. Sin embargo, es fundamental aclarar la diferencia entre «dolor» y «sensación». Una sesión de electropunción no es indolora en el sentido de que no sentirás absolutamente nada, pero las sensaciones experimentadas son generalmente bien toleradas y, de hecho, son indicativas de que el tratamiento está siendo efectivo.
Aquí te explico lo que puedes esperar sentir:
- Inserción de la Aguja
Las agujas de acupuntura utilizadas son extremadamente finas, mucho más delgadas que las agujas de inyección. La mayoría de los pacientes describen la inserción como una leve presión o un pequeño «pinchacito» casi imperceptible. A menudo, ni siquiera notas cuando la aguja atraviesa la piel.
- Llegada al punto gatillo o sensible
Si la aguja alcanza un punto gatillo miofascial activo, puedes experimentar una sensación conocida como «respuesta de espasmo local» (o local twitch response). Esto es una contracción breve e involuntaria del músculo, que puede sentirse como un calambre rápido, un salto muscular o una descarga eléctrica momentánea. Aunque es una sensación peculiar y a veces un poco intensa, es muy breve y es una señal positiva de que se ha localizado el punto problemático.
- Aplicación de la corriente eléctrica
Una vez conectada la corriente, el fisioterapeuta la aumenta muy gradualmente. Lo que sentirás es una sensación de hormigueo, vibración o pulsación rítmica. Esta sensación debe ser cómoda y tolerable, no dolorosa.
Si sientes alguna molestia, es crucial que se lo comuniques inmediatamente a tu fisioterapeuta para que ajuste la intensidad. La intensidad ideal es aquella que produce una sensación perceptible, incluso una ligera contracción muscular visible, pero sin generar dolor.
- Sensación Post-Tratamiento
Es común sentir una ligera sensación de «agujetas» o «pesadez» en la zona tratada durante las primeras 24 a 48 horas después de la sesión, similar a la que experimentarías después de un ejercicio intenso. Esto es normal e indica que los músculos han trabajado y están respondiendo al tratamiento.
En resumen, si bien la electropunción implica sensaciones, estas están lejos de ser dolorosas. Son parte del proceso terapéutico y un indicador de que se están activando los mecanismos de curación y relajación del cuerpo. La comunicación constante con tu fisioterapeuta es clave para asegurar tu comodidad y la efectividad del tratamiento.
¿Para qué sirve la electropunción?
La electropunción es una técnica potente utilizada en fisioterapia para tratar diversas condiciones musculoesqueléticas y neurológicas. Su principal objetivo es modular el dolor y mejorar la función.
Algunos de sus beneficios clave incluyen:
- Alivio del dolor: Es altamente eficaz para reducir el dolor crónico, gracias a la estimulación de la liberación de endorfinas (analgésicos naturales del cuerpo) y la modulación de las vías del dolor.
- Relajación muscular profunda: Ayuda a desactivar puntos gatillo miofasciales y a relajar las contracturas musculares persistentes, rompiendo el ciclo de dolor y tensión.
- Reducción de la inflamación: Mejora la circulación local, lo que contribuye a la eliminación de sustancias pro-inflamatorias y a una mejor oxigenación de los tejidos.
- Aceleración de la recuperación: Al promover la curación de tejidos y mejorar la función muscular, acelera el proceso de recuperación en lesiones y post-cirugías.
- Mejora de la movilidad: Al liberar la tensión y el dolor, los pacientes experimentan un aumento en su rango de movimiento y una mayor facilidad para realizar actividades diarias.
La electropunción se utiliza comúnmente para tratar lumbalgia, cervicalgia, tendinopatías (codo de tenista, tendón de Aquiles), dolores de cabeza tensionales, fibromialgia, y ciertos tipos de dolor neuropático.
Precauciones importantes
Aunque la electropunción es una técnica segura cuando es realizada por un profesional cualificado, es fundamental tomar ciertas precauciones. Tu fisioterapeuta realizará una evaluación exhaustiva para identificar cualquier factor de riesgo.
- Piel Sensible o Lesiones Cutáneas: Se evita la punción en áreas con infecciones activas, erupciones, quemaduras, cicatrices recientes o cualquier lesión dérmica que pueda comprometer la integridad de la piel.
- Tratamiento con Anticoagulantes: Si tomas medicamentos que afectan la coagulación sanguínea (como Sintrom o aspirina), existe un mayor riesgo de pequeños hematomas o sangrado. Tu fisioterapeuta aplicará presión prolongada después de retirar las agujas y te informará sobre este riesgo. En algunos casos, se podría consultar con tu médico.
- Miedo a las Agujas (Belonefobia): Si tienes una fobia severa a las agujas, la ansiedad asociada podría hacer que el tratamiento sea incómodo. Es importante que lo comuniques para que se busquen alternativas o se aborde la sesión con técnicas de relajación.
- Alteraciones de la Sensibilidad: En condiciones como la neuropatía diabética, donde la sensibilidad puede estar alterada, el fisioterapeuta ajustará la intensidad de la corriente con extrema precaución, guiándose más por la respuesta muscular visible que por tu sensación.
- Embarazo: Si bien no es una contraindicación absoluta en todos los trimestres, se suelen evitar ciertos puntos y se procede con mucha cautela, especialmente en el primer trimestre y en las zonas abdominales/lumbares. Se recomienda siempre consultar con tu ginecólogo.
Tu fisioterapeuta siempre te explicará el procedimiento y te pedirá tu consentimiento informado antes de comenzar, asegurándose de que entiendes los posibles riesgos y beneficios.
Diferencias clave entre punción Seca y electropunción
Es común confundir la punción seca con la electropunción, pero hay una diferencia fundamental:
- Punción Seca: Se insertan agujas en puntos gatillo miofasciales para desactivarlos. La técnica se basa principalmente en la respuesta mecánica de la aguja y la respuesta de espasmo local. No se aplica corriente eléctrica. Es muy efectiva para aliviar contracturas y dolor referido.
- Electropunción: Es una evolución de la punción seca o de la electroacupuntura. Se insertan las agujas y, además, se aplica una corriente eléctrica de baja intensidad a través de ellas. Esta corriente potencia los efectos analgésicos, antiinflamatorios y de relajación muscular, permitiendo una acción más profunda y, a menudo, más duradera.
Mientras que la punción seca es excelente para el abordaje directo de los puntos gatillo, la electropunción añade una dimensión extra de estimulación que puede ser particularmente beneficiosa para el dolor crónico, el dolor neuropático y cuando se busca una modulación más intensa del sistema nervioso.
Evidencia científica y fiabilidad de la electropunción
La electropunción no es una técnica que se base en la intuición; cuenta con un creciente cuerpo de evidencia científica que respalda su eficacia y seguridad cuando se aplica correctamente. Numerosos estudios de investigación han explorado sus mecanismos de acción y su efectividad en diversas condiciones.
La investigación ha demostrado que la electropunción puede:
- Inducir la liberación de endorfinas, los analgésicos naturales del cuerpo, lo que explica su potente efecto sobre el dolor.
- Mejorar el flujo sanguíneo y la oxigenación en los tejidos tratados, lo que ayuda en la reparación y reducción de la inflamación.
- Desactivar de manera más eficiente los puntos gatillo miofasciales, al potenciar las respuestas locales y normalizar la actividad muscular.
- Modular la actividad nerviosa, ayudando en el manejo del dolor neuropático y las radiculopatías.